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jueves, 7 de febrero de 2008
Inteligencia Emocional
No es el título de una película, ni una crítica contra la IA de los productos Apple. Y es que no podemos negar que la inteligencia propiamente dicha, es una de las cualidades más buscadas y valoradas por el empresario a la hora de contratar personal; pero dentro de dicha inteligencia, debemos ahondar y detectar si poseemos lo que llamamos "inteligencia emocional".
Hasta ahora se tenía en cuenta el desarrollo intelectual de los componentes de las organizaciones ( aprendizaje, innovación,… ) para que estén a la altura de los cambios producidos en las nuevas economías tan variables, sin dar la importancia necesaria a los sentimientos o emociones (los cuales son una parte de la inteligencia). Pero es a partir del siglo XXI cuando empezamos a tener en cuenta nuestro estado de ánimo a la hora de desarrollar nuestro trabajo o la manera en que nos influyen las cosas, y así poder desarrollar de forma más eficaz y eficiente nuestro trabajo.
Esta manera de conocer los sentimientos y así tener la posibilidad de gerenciarlos cuando trabajemos con otras personas sería la denominada inteligencia emocional.
La inteligencia emocional, pues, resulta un elemento cada vez más importante y destacable en las relaciones empresariales, e indispensable para un correcto desarrollo y buen ambiente de trabajo. En los últimos años, este factor a cogido cierto protagonismo, y ciertos entendidos en la materia han llegado a estudiar la inteligencia emocional con detenimiento. Es el caso de Daniel Goleman, en su segundo libro, llamado precisamente: "la inteligencia emocional", un best seller cuyo éxito nos prueba la importancia del tema que estamos desarrollando. En una de sus afirmaciones: "Las normas que gobiernan el mundo laboral están cambiando. En la actualidad no sólo se nos juzga por lo más o menos inteligentes que podamos ser ni por nuestra formación o experiencia, sino también por el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos o con los demás" Goleman nos hace creer que desde todos los ámbitos posibles se debe comenzar a considerar la inteligencia emocional y sus competencias, como claves para el éxito personal y profesional.
Y es que sin lugar a dudas, opino que los sentimientos, y emociones de las personas influyen claramente en su rendimiento laboral, por ello toda empresa debería tener muy en cuenta el estado de ánimo de los integrantes de su organización. Cuando en las organizaciones, cualquier idea o teoría de alguno de sus componentes no puede ser expresada, éste trabajador puede sentirse inútil por no ser capaz de aportar nada más que su trabajo; puede sentirse frustrado al no crecer profesionalmente, y de este modo no se le compensa; la empresa debe estar dotada de dicha inteligencia emocional para detectar casos como este, por que sino puede llegar el momento en el que parte de su plantilla no esté motivada, y el estado de ánimo influye negativamente en el rendimiento laboral, y como consecuencia de ello, en la producción de la propia empresa. Por eso mismo le damos tanta importancia, puesto que cuando una persona es reconocida en su empresa, y tiene el respaldo y valoración de sus superiores, hacen que el trabajador tenga un estado de ánimo óptimo, positivo, y así se desempeña de forma más eficiente y eficaz su trabajo para su empresa.
Básicamente las competencias emocionales más relevantes para el éxito, están relacionadas con: la iniciativa, motivación de logro, y adaptabilidad. Si gozamos de una buena inteligencia emocional entre nuestros empleados, observaremos la influencia positiva, la capacidad para liderar equipos, y la conciencia de política empresarial. Con esto conseguimos que el trabajador tenga empatía hacia su empresa, confianza en uno mismo, y capacidad de alentar el desarrollo de los demás.
El futuro de las organizaciones pasa por las personas (son el futuro) ya que son ellas las que poseen el conocimiento, la capacidad de aprender y la capacidad de prestar atención a la gran cantidad de información, pero para conseguirlo debe tenerse en cuenta la inteligencia emocional, es decir, conocer los sentimientos, las emociones de los integrantes de la organización, como les influyen las cosas, que se sientan identificados con la empresa, que les hace estar bien y que les hace estar mal, que puedan pensar, conocer y aportar, que se sientan bien emocionalmente para dar lo mejor de sí mismos. Por eso para obtener el máximo rendimiento de los trabajadores deben sentirse bien o hacer que se sientan bien, por ello debe darse importancia a determinados valores en la empresa como son la transparencia, el desafío, la confianza y el reconocimiento.
Para terminar, nos queda una duda siempre difícil de resolver: ¿”qué sentimientos y emociones inspiramos a los demás?" por mucha inteligencia emocional que poseamos en nuestras cualidades, nunca podemos saber lo que otra persona piensa y siente con facilidad, por lo que en ocasiones nos será difícil emplear nuestra inteligencia para motivar al trabajador, valorarlo como se merece, apoyarlo en su justa medida, etc.
Cómo andas de inteligencia emocional?
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